GRACIAS A TODAS, A TODAS POR SER MAMÁS!!
Dicen los libros y
las revistas que el tener un hijo te cambia… claro! Te cambia… la forma de ver
la vida… si! Si! Y también te cambia y sobre todo, la manera de vivir la vida! Algo surge dentro de
ti, que después de dar a luz, sigue creciendo en tu interior, y no me refiero a
tus caderas, que esas también…
¿Sabes qué es? Es un
sentimiento que no puedes expresar en palabras, el ser madre es algo que vas a disfrutar (si! si! unas veces más que otras,
ya se! ya se!), pero te conviertes en la mamá de tu hijo, y también ejerces
este oficio con cualquier otro niño,
y sobre todo con los amiguetes de tus hijos. Como madre, te das cuenta que esa otra
mamá, que tiene el mismo oficio que tú, esa mamá-amiga está a tu lado, en momentos
difíciles para alentarte y en otros para sonreír a tu lado, y sabes ¿por qué? Porque
es una madre como tú, así de simple.
Yo quiero y debo con
estas palabras, agradecer a todas esas madres que pululan a mi alrededor y que,
aunque rías con ellas delante de un café, no sabes valorar bien su “estar ahí”
hasta que vives momentos difíciles. Para bien o para mal he pasado por unos
momentos no demasiado fáciles para mi, y gracias a mi imposibilidad de clonarme…,
he descubierto que el ser mamá y el tenerlas a ellas a mi alrededor ha sido lo
más maravilloso del mundo.
Quiero dar gracias
con estas palabras a esas mamás que no han dudado en poner un puñado más de
arroz a su guiso para dar de comer a mis hijos.
Quiero dar gracias a
esas mamas que en un día de lluvia juntan sus paraguas para evitar que mis hijos
se mojen a la salida del cole.
Gracias también a las
mamás que en todo momento han tenido una sonrisa para mis hijos, mientras estos
me buscaban al salir de la escuela.
Gracias a la mamá que
ha tenido una dosis más de paciencia+cariño en su clase, para entender a mis hijo en
estos momentos.
Gracias a las que sin saberlo, también habéis estado ahí.
Aún me quedan
palabras para agradecer a esas mamás que con una mirada y ocupadas 25
horas al día, se han ofrecido a lo que hiciera falta, con un sencillo “¿todo bien?”.
Gracias a todas por el
montón de veces que he oído estos últimos días aquello de “¿Cómo estás...? ¿Cómo
está..? ¿Qué tal? Para lo que necesites, sólo tienes que llamar.., ya nos
arreglaremos…, tú no te preocupes, todo saldrá bien…”. Aún teniendo todas un millón de cosas que
hacer, y otro millón de cosas que atender.
Os doy las gracias a
todas, a todas, por dejar que mis hijos y yo formemos parte de vuestras vidas,
gracias mamás, gracias amigas!
Una madre más.
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gracias por tus palabras...