A MIS AMIGAS.
Nada reconforta más que una reunión de amigas
cuando estás en los momentos bajos, y nada divierte más que una reunión de amigas
cuando hay algo que celebrar. A lo largo de la vida cambiamos de pareja, de
trabajo, de ciudad e incluso de país. Tenemos hijos, los criamos y se nos van.
Quien no haya sido capaz de cuidar y mantener a sus amigas se puede encontrar
con la peor compañía: la soledad.
No confundir con conocidas y, sobre todo, entre tus amigas y las
de tu pareja, que se pueden convertir también en parte de tu vida, o llevarte
el gran chasco de perderlas al mismo tiempo que a tu chico en caso de ruptura.
Las amistades coyunturales son estupendas pero solo las pruebas a las que nos
somete la vida forjan una alianza indestructible, no importa el tiempo que pase
sin una llamada o una visita, una señal mínima sirve para que tengas a tu lado
lo que más necesitas: tus amigas.
La vida, la familia, los hijos, los trabajos a veces hacen muy
difícil verlas todo lo que quieres. Pero está la confianza y la seguridad de
que cuando se ha compartido tanto, los lazos son eternos. Las verdaderas amigas
están siempre ahí, es maravilloso no tener que explicar nada, ni justificarte,
ni dar las gracias. Es posiblemente la relación más pura, generosa y libre que
hay, no existen los secretos, ni los celos, ni el interés.
Por todo eso es muy difícil tener auténticas amigas, y hay que
cuidarlas como un tesoro. A lo largo de la vida hay muchas personas con las que
mantienes unos lazos entrañables, a veces una relación profunda, pero solo el
tiempo, las penas y las alegrías hacen una criba natural: quién se queda para
siempre contigo y quién se va quedando en el camino.
Tengo la gran suerte de
contar con maravillosas, incondicionales, extraordinarias mujeres por las que
siento un amor inmenso, porque ellas guardan todos los momentos importantes de
mi vida, y yo llevo en mi corazón todas sus lágrimas y todas sus risas. Amigas
de la infancia, amigas de la facultad, amigas de distintos momentos, amigas
heredadas. Ellas y yo sabemos que pase lo que pase siempre nos tendremos.
Ahora que empezamos un nuevo año, quiero hacer un pequeño
homenaje a las amigas que nunca me han fallado y espero no haberles defraudado
nunca.
REVISTA AR. Sección EDITORIAL
(enero 2012). Por Ana Rosa.
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